Durante la Cuaresma la Iglesia nos invita a darle un impulso nuevo a nuestra vida, nos llama a convertirnos. Es un tiempo para practicar más intensamente la caridad, visitando a los enfermos, a los abandonados, a compartir nuestros bienes y nuestro tiempo con los más necesitados.
Pero ¿qué significa convertirse? La acción de convertir implica la transformación de una persona en algo distinto de lo que era en primer lugar.
Durante los 40 días que dura la Cuaresma, estamos llamados a transformar nuestro estilo de vida, a cambiar los hábitos que nos alejan de Dios y de nuestros hermanos.
Como Jesús en su retiro al desierto, los cristianos tenemos la oportunidad de descubrir cuáles son nuestras tentaciones y debilidades que nos alejan de una vida plena, que nos impiden amar y sentirnos amados.
La oración diaria, el silencio y la penitencia nos preparan para vivir la Alegría de sentirnos hijos de Dios.
A priori, la penitencia, el ayuno y el silencio a los que invita la Iglesia pueden parecer renuncias o castigos. Pero “puedo decir que los gozos más bellos y espontáneos que he visto en mis años de vida son los de personas muy pobres que tienen poco a qué aferrarse.” (Papa Francisco, 2013). En este tiempo de conversión se nos invita a vivir más pobremente, ser humildes de corazón, para así prepararnos para la Pascua. Esta postura no debemos vivirla como una renuncia, sino como un SÍ a la oportunidad de ser mejor persona.
A veces es difícil encontrar motivos para ser feliz. Ofrecemos, a modo de calendario, 40 motivos para serlo. Este calendario propone para cada día un pequeño gesto, 40 acciones que nos preparen para celebrar la Cuaresma cada día. Lo podéis colocar en algún lugar visible. Es una actividad que solemos utilizar con niños y jóvenes, puede ser un buen momento para llevarla a la práctica con nosotros.
Os invitamos a compartir este calendario con otras personas: con alumnos, compañeros, familiares…