Ocho miembros de nuestra Comunidad Educativa, hemos asistido como padres y educadores al I Congreso Interdiocesano de Educación.
#PasionXEducar #DFSVM
El Congreso se inició con una Eucaristia, en la Parroquia de San Pascual Bailón, presidida por el Cardenal Cañizares y los Obispos de Segorbe y Orihuela junto con los Obispos Auxiliares de Valencia, Vicarios y un gran número de presbíteros de nuestra Comunidad. En la Homilía, el Cardenal Cañizares recalcó las palabras que iban a englobar el congreso: «Educar es enseñar y aprender el arte de vivir»
Tras la Eucaristía, los asistentes al Congreso nos dirigimos al Colegio Esclavas donde tuvo lugar la presentación del Primer ponente, Gregorio Luri, con el tema «La educación: reto en la escuela». Luri remarcó que la mejor evaluación educativa debía ser la la elección libre de la escuela. Comentó que hay que educar la atención de los alumnos, sino habremos fracasado. Nuestro deber como educadores es amar lo mejor a lo que pueden llegar nuestros alumnos. Para ello, comentó dos maneras eficaces de educar la atención:
1- El hábito de la oración
2- El hábito de la lectura lenta
Habló también de que hay que hay que mirar a las personas que mejor se adapten al presente, porque esas son las que en el pasado tenían más futuro, como les ocurrirá a nuestros alumnos. Personas que tengan: dominio de la capacidad atencional, capacidad para mantenerse fieles a la palabra dada (confianza) y capacidad de aprender a posponer su deseo para disfrutar de los más altos.
Nos hizo preguntarnos si sabe la escuela de hoy ¿para qué educa? Matizó la importancia de que la escuela, aun siendo importante, solo es un elemento de la trayectoria de los hijos, que han de completar con algún tipo de educación. La importancia del lenguaje que escuchan en casa, del tiempo que están en familia, el número de libros que leen…
En definitiva, un buen pedagogo partidario de la innovación, de lo bueno y de que no hay buen profesor si no se plantea que puede hacerlo mejor; de tener trayectorias claras en nuestros centros y por último, defensor de la metodología clínica, hay que hacer diagnóstico y tratamiento de cómo enseñamos y si no funciona, cambiarlo, aprendamos de nuestros errores. Así lo han hecho en colegios como los de Soria, que obtienen resultados Pisa tan buenos como los colegios finlandeses.
La segunda ponente fue la canadiense Catherine L’Ecuyer, con la ponencia «La educación, reto para los padres». Desmontó los historia de los mitos de los tres primeros años, en los que se pensaba que con más conexiones sinápticas se favorecía el aprendizaje. Estos falsos «neuromitos» tendrían que hacernos ver que los padres somos los primeros educadores de nuestros hijos, no los primeros animadores. El principal indicador del buen desarrollo de un niño es la cercanía de sus progenitores, el apego (que nada tiene que ver con darle al niño todo lo que pide). Este apego les hace crecer en autoestima y les hace ser niños más empáticos.
El éxito educativo no viene en dosis de consejos rápidos. Los padres tenernos derecho a una educación de calidad y para ello debemos recuperar el protagonismo como primeros educadores:
1- Tener un proyecto familiar claro y ser coherente con él. Muy importante la coincidencia entre «Lo que se dice y lo que se ve». No te preocupes porque tus hijos no te escuchen..te ven todo el día.
2- Encontrar el colegio que sea la continuación de nuestro hogar. Escolarizar a un hijo no debe verse como un cheque en blanco, pero los padres no son pedagogos y por tanto, el colegio debe actuar por encargo de los padres, pero no hacer solo lo que ellos quieran, sino lo que crean mejor para el conjunto de todos. El colegio instruye y el padre educa.
En definitiva, necesidad de ser coherentes con un proyecto familiar claro para nuestros hijos. La familia debe ser la primera y principal educadora de sus hijos.
Tras la comida, llegamos a la tercera ponencia con Mons. D. José Ignacio Munilla, «La educación, un reto para la sociedad».
Munilla siempre apostando por la familia «El comienzo de la amistad comienza en la familia». Nos habló de 10 claves del reto educativo. De ellas remarcamos: Hay que educar en la fortaleza interior: asumir frustraciones, enfrentarse a los retos. Esto supone sacrificio y renuncia y esta educación interior se juega en la familia. Debe haber, además, una libertad anclada en la verdad, que exista un equilibrio entre libertad y disciplina porque en la actualidad hay una crisis de autoridad. La figura paterna ha entrado en crisis y existe una paradoja entre la verdad y la obediencia. El problema de fondo es descubrir el sentido de la Libertad. Para ello, el mensaje cristiano es fundamental. La persona más libre, en el ámbito de la Fe, la Virgen, elige libremente entregar su vida. Citó a Chesterton «La libertad que más valora es la libertad de obligarse a sí mismo». Hay que educar en lo esencial, los valores fundamentales han de ocupar el centro.¿Hay que educar en valores o educar en Jesucristo? Los «valores» son la consecuencia de poner en el centro a Dios. Defendió, además, la necesidad de educar con equilibrio la razón y el corazón. Descubrir que detrás de cada deseo interior, se esconde el deseo de Dios.
Y muy importante para la educación, habló de que la Educación es igual a conocimiento más habilidades multiplicado por las actitudes, sobre todo, la actitud interior que tenemos (generosidad, alegría, optimismo..), ya conocido por nosotros con los vídeos motivadores de Víctor Kuppers.
Si no hay conversión y entrega generosa, la educación no existe.Finalizó diciendo que la educación es esencial como lo es el poder educativo de la comunión de la Iglesia, sólo así conseguiremos ser buenos educadores.
Finalizamos el congreso con la intervención del Cardenal D. Antonio Cañizares, recordando el Concilio Vaticano II en su ponencia “La propuesta de la Iglesia sobre la educación». Inició recordando el Derecho a la educación de los padres, el Estado debe respetar esto. El fin de educar integralmente ocupa la formación formal y religiosa que habla al sentido de la vida, de la trascendencia, de Dios. El Cardenal nos recordó que el sentido de la presencia de los cristianos en la Educación es la de evangelizar. Evangelizar es hacer personas libres. Nos recordó la importancia de la educación integral e integradora de los Colegios Católicos, de la educación afectivo-sexual que venimos impartiendo desde los Colegios Diocesanos. La educación ha de tener en el centro a la persona y al bien común. Un centro cristiano debe procurar la integración de todos como seña de identidad cristiana. Lo más importante es el anuncio de Dios, prioritario en nuestras escuelas. No educación al servicio de los informes Pisa, sino a aprender a ser hombres con la verdad revelada de Dios que nos acompaña y nos guía. Aprovechemos este regalo para educar.
Finalizó con unas palabras de ánimo para todos los educadores allí presentes: «Estáis cumpliendo con un servicio para la sociedad impagable. Gracias de todo corazón»